En la búsqueda de nuestro motor no puedo describir lo que cautivó a Choutos para decantarse por este modelo, si fue su línea, sus curvas, su color…
Una vez decidido, nos pusimos en búsqueda de la nuestra.
Miramos otras cuantas, distintos colores. Para Choutos cualquiera era válida para nuestro paseo… yo necesitaba algo más, no sé que era; llamadme romántica, pero al verla supe que esta tenía que acompañarnos en nuestra historia, aunque su precio la alejara.
Yo tenía toda la paciencia del mundo y la corazonada. Choutos ya no tenía paciencia, sentía que esta como las otras se escapaban de las manos distanciándonos de nuestra meta.
Al final, se contagió de paciencia aunque yo también cedí algo en el territorio económico y aquí está!!! Somos todos suyos, ahora tiene que contar su historia y cargar con dos inexpertos llenos de ganas de aventuras.